Cinco puntos clave en la clasificación del GP de Australia.

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La pole con 704 milésimas de diferencia entre Hamilton y Vettel fue una distancia mayor de la esperada, incluso admitido por el mismo equipo y el piloto.

Las primeras señales se dieron el viernes en libres, pero en Ferrari esperaban estar ahí. Tal vez Albert Park no sea el circuito más favorable para la SF90 de Vettel y Charles Leclerc y este sea un trazado muy Hamilton en clasificación, como lo prueban sus seis poles consecutivas, pero con una victoria en ese lapso.

El año pasado su pole más amplia (en seco) fue en este circuito, con 611 milésimas de diferencia respecto a Ferrari, apenas una décima menos que esta vez y la carrera no fue exactamente un paseo para Hamilton. Esto acaba de empezar.

La última vez que un Honda consiguió colocarse en la segunda línea de la parrilla en la F1 fue en Austria 2016 en una sesión en condiciones intermedias, en la que Jenson Button fue quinto con el McLaren-Honda y tras una penalización a Nico Rosberg pudo avanzar un puesto.

Este vez, Verstappen lo logró con el Red Bull una vuelta espectacular. ¿Habría estado más cerca con el motor Renault? Difícil saberlo. El año pasado Verstappen se quedó a siete décimas de la pole con el propulsor francés, este año a ocho y en la misma cuarta posición.

Aunque Alfa Romeo se había perfilado el viernes como el equipo líder de la media tabla, al final Haas se ha reubicado en la misma posición que tuvo el año anterior, con el quinto y sexto en la parrilla de Romain Grosjean y Kevin Magnussen, a la inversa del año pasado.

La diferencia del grupo medio con la punta este año ha estado sobre 1.3 segundos, menor que al final de la temporada anterior, pero muy similar a 12 meses atrás, aunque en 2018 la parrilla mostraba dos segundos que no eran reales, pues Haas solamente completó un intento de vuelta rápida en Q3, contra dos de los equipos punteros. En Q2 habían quedado a 1.3 exactamente.

Raikkonen pudo estar más cerca este sábado, pero se quedó con un solo juego de neumáticos blandos para Q3, mientras que la gran decepción fue Renault, que con Nico Hülkenberg no pudo avanzar por un problema eléctrico, mientras que Ricciardo no mejoró en su segunda vuelta de Q2 y no pasó el corte por media décima de segundo.

Carlos Sainz tuvo mala suerte en la Q1 cuando se encontró con el coche ponchado de Kubica después de haber golpeado contra el muro, cuando el español estaba en su vuelta rápida final. Esto no le permitió avanzar a la Q2, mientras si lo conseguía su compañero de equipo Lando Norris, el piloto más joven de la parrilla.

A sus 19 años, el británico tuvo un día brillante, en su estreno en la Fórmula 1 y en el circuito de Albert Park, asegurando su lugar en el top 10 de la parrilla. Irónicamente, Norris se he convertido en el primer piloto en lograr llegar a Q3 en su primera clasificación en F1 desde que Sainz lo consiguiera con Toro Rosso en su debut en 2015.

Norris, así como sus colegas debutantes, Alex Albon y George Russell, lograron calificar por delante de sus respectivos compañeros de equipo más experimentados en una sesión en la que los errores de pilotaje, de timing con la condición de la pista o el tráfico, marcaron diferencias.

La diferencia entre Checo Pérez y Lance Stroll en Q1 rondó apenas la décima de segundo, según el canadiense, producto del tráfico. Sin embargo en la parrilla eso ha significado seis posiciones.

El mexicano repuntó tras un viernes difícil y a base de experiencia y buenas decisiones del equipo y suyas, ha optimizado el potencial de un RP19 que no ha dado el salto esperado con las mejoras aerodinámicas.

Desde la P10 “Checo” fue séptimo hace dos años en este Gran Premio, su mejor resultado hasta ahora en Australia, junto con el de su debut, antes de ser descalificado. En Q3, igual que Raikkonen, solo ha tenido un juego de llantas disponible.